La industria del Software, un puente hacia el futuro

Producto de la revolución del conocimiento, la Industria del Software es hoy uno de los puentes más firmes hacia el futuro. Además de los cambios tecnológicos y la transformación digital que implica, -y que alcanza a todos los niveles de la sociedad- y de la evolución que imprime en diferentes áreas fundamentales del día a día de las sociedades como la salud o la gestión de políticas públicas, afecta de forma directa el porvenir de sus trabajadores y crea una sociedad más justa con igualdad de oportunidades. Es que, como afirmó el Ministro de Ciencia Lino Barañao durante un evento en 2015, “las carreras tecnológicas garantizan movilidad social”. “Es importante que la sociedad tome conciencia de la importancia de que nuestro país cuente con un mayor número de científicos y tecnólogos”, agregó.

Tandil, tierra fértil en el mundo TIC

Uno de los aspectos imprescindibles para poder acompañar a la cuarta revolución industrial es la sinergia con las que todos los sectoredeterminantes de una sociedad deben trabajar. En ese aspecto, el ecosistema de Tandil se presenta como ideal: la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA), la Cámara de Empresas del Polo informático de Tandil (CEPIT) y el Municipio de la ciudad conforman el conocido triángulo de Sábato, donde universidad, estado  y empresas deben trabajar en conjunto con el objetivo de crecer. Si bien el trabajo mancomunado lleva décadas, en 2015 se formó una Mesa Ejecutiva de Trabajo que incluye estos tres actores fundamentales a partir de la creación del Plan Estratégico de Software y Servicios Informáticos de Tandil – PESSIT 2015-2023, un acuerdo de trabajo articulado que sentó las bases para el crecimiento del sector TIC. Este año, además, se formalizó oficialmente el funcionamiento de un directorio que funcionará como órgano deliberativo para la toma de decisiones y ejecución de las políticas vinculadas a dicho Plan.

Mientras las empresas crecen y proyectan la creación de al menos 1500 nuevos empleos dentro de los próximos cuatro años, CEPIT adhiere en la implementación del Plan 111 Mil del Gobierno Nacional que impulsa la certificación de competencias y cuenta con alcance nacional. La UNCPBA con la colaboración de CEPIT, por su lado, sumó a sus prestigiosas carreras de grado tecnicaturas que permiten una más rápida inserción laboral.

La CEPIT cuenta con 50 empresas asociadas, más de 1700 empleados hoy y una proyección de 3200 para el 2020. Sin dudas se trata de un pilar fundamental para las intenciones de ascenso social de cualquier joven que busque nuevas oportunidades en el mundo profesional y laboral. “El punto de inflexión hoy en día de una familia que tradicionalmente está en un estrato social bajo es el chico que estudió Sistemas. La profesión naturalmente implica un ascenso social”, explican desde CEPIT. De hecho, el sueldo mínimo de un empleado local supera el precio de la canasta básica para una familia tipo de cuatro miembros: el ingreso de un junior según un estudio de la CESSI es de 20.000 pesos, mientras que la canasta básica se ubicó en junio en los 16.400 pesos. La CEPIT también ha trabajado en el acceso de los chicos que quieren estudiar sistemas a una computadora. “Hay muchas organizaciones que buscan ayudar a los chicos en ese sentido -cuentan desde CEPIT-. De hecho, una de las empresas del sector donó 100 computadoras el año pasado para armar laboratorios en distintos puntos estratégicos de la ciudad. Además, ofrecen oportunidades e incentivos para que los estudiantes que ingresan a las empresas terminen sus carreras y muchas organizaciones cuentan con capacitaciones propias”. Los trabajadores del sector coinciden con esta mirada. Según uno de los gerentes de una de las empresas internacionales que cuentan con sede en la ciudad, hoy las carreras tecnológicas garantizan la movilidad social. “Esto sucede porque hay más demanda que oferta, y hay oportunidades. Después cada uno debe saber tomar esas oportunidades y explotarlas. Hay también mucho del esfuerzo de cada uno”. Una joven profesional que se encuentra dando sus primeros pasos coincide y señala que fue su caso y el de muchos amigos y compañeros.

La UNCPBA cuenta, entre sus ofertas académicas, con la carrera de Ingeniería en Sistemas, una de las más reconocidas, prestigiosas y prolíficas del país. Este año, tanto en las carreras de grado como en las tecnicaturas, la demanda creció de manera considerable. Así lo aseguró el rector de dicha Institución, Roberto Tassara, en una nota a El Diario de Tandil al comienzo del ciclo lectivo. Luego de designar a la Facultad de Ciencias Exactas como un “baluarte de nuestra universidad», explicó que los inscriptos crecieron en esa casa de estudios un 14 por ciento con respecto al año pasado, subiendo de 572 a 654. En Sistemas, además, el crecimiento de la matrícula durante 2017 fue consecuencia de la implementación de carreras cortas como la Tecnicatura Universitaria en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas (TUDAI), al tiempo que este año el aumento fuerte se dio en la carrera de Ingeniería –pasó de 228 a 417 sobre el total de 654 inscriptos en Exactas-. «El aumento global en Exactas del 14 % no es un dato menor, aunque la demanda del Polo Informático y de las empresas de software requiere que sean todavía más los egresados de estas carreras», concluyó Tassara.

Silvia Stipcich, decana de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNCPBA, explicó en relación a la movilidad social que implica el estudio de carreras relacionadas a la Industria del Software que muchos estudiantes que acuden a la facultad son de la ciudad y la zona, que contar con una casa de estudios descentralizada es una oportunidad para quienes no pueden ir a estudiar a Buenos Aires y que la variedad de ofertas locales -como la ingeniería y las tecnicaturas- abren el abanico de oportunidades. Sobre esto último, resaltó el rol del Departamento de Computación y Sistemas, desde donde se realizó un análisis de la oferta académica y lo que el medio necesita. “De esas conversaciones o trabajos conjuntos se abrió la posibilidad de pensar que hace falta ofrecer carreras más cortas, con otras habilidades para desempeñarse en el plazo más corto y no necesariamente pensar en el alcance de una ingeniería. Así surgieron las tecnicaturas. Y una cuestión interesante de resaltar es el hecho de que la TUDAI no quitó matrícula a la Ingeniería. Seguimos teniendo crecimiento en dicha métrica de gente para ingeniería y esta oferta tiene su propio público”.

En relación al momento de la elección de la carrera, instancia en la que CEPIT y la UNCPBA vienen trabajando todo los años con charlas a los alumnos secundarios y los docentes, los recursos que necesita un joven no son impedimento para la cursada. En principio se requiere de movilidad, mientras que en lo que a los apuntes respecta cada vez son más los docentes que ofrecen sus materiales de modo virtual. Para aquellos que requieren de las fotocopias y no cuentan con los recursos, el Centro de Estudiantes ofrece becas. Y en cuanto al ingreso, para quienes no viven en Tandil o no cuentan con el tiempo necesario, se puede realizar de forma virtual. Por último, si bien la computadora es un recurso necesario, más aún durante los últimos años, “la facultad tiene laboratorios equipados y los chicos trabajan en la facultad”, explica Stipcich. Por último, en relación a la necesidad de algunos estudiantes de trabajar de forma paralela, la carrera de Sistemas se dicta, a partir de tercer año, en franjas horarias que contemplan la posibilidad de trabajo.

En un contexto global de cambios en el paradigma del mundo del trabajo -donde muchos oficios dejarán de existir y darán paso a nuevas tareas-; en un país donde el desempleo golpea de forma directa a las nuevas generaciones; en una sociedad donde las carreras de grado tradicionales cuentan cada vez con más dificultades para la inserción laboral de sus egresados, la Industria del Software de Tandil cuenta con la oportunidad inigualable de construir, de forma igualitaria y equitativa, un puente firme hacia el futuro. Será la labor de todos sus actores – una Cámara de Empresas de Software, una Universidad Pública prestigiosa y un Municipio que acompaña- que las madres de los jóvenes de hoy digan, con orgullo, “mi hijo el programador”.

La UNCPBA cuenta, entre sus ofertas académicas, con la carrera de Ingeniería en Sistemas, una de las más reconocidas, prestigiosas y prolíficas del país. Este año, tanto en las carreras de grado como en las tecnicaturas, la demanda creció de manera considerable. Así lo aseguró el rector de dicha Institución, Roberto Tassara, en una nota a El Diario de Tandil al comienzo del ciclo lectivo. Luego de designar a la Facultad de Ciencias Exactas como un “baluarte de nuestra universidad», explicó que los inscriptos crecieron en esa casa de estudios un 14 por ciento con respecto al año pasado, subiendo de 572 a 654. En Sistemas, además, el crecimiento de la matrícula durante 2017 fue consecuencia de la implementación de carreras cortas como la Tecnicatura Universitaria en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas (TUDAI), al tiempo que este año el aumento fuerte se dio en la carrera de Ingeniería –pasó de 228 a 417 sobre el total de 654 inscriptos en Exactas-. «El aumento global en Exactas del 14 % no es un dato menor, aunque la demanda del Polo Informático y de las empresas de software requiere que sean todavía más los egresados de estas carreras», concluyó Tassara.

Silvia Stipcich, decana de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNCPBA, explicó en relación a la movilidad social que implica el estudio de carreras relacionadas a la Industria del Software que muchos estudiantes que acuden a la facultad son de la ciudad y la zona, que contar con una casa de estudios descentralizada es una oportunidad para quienes no pueden ir a estudiar a Buenos Aires y que la variedad de ofertas locales -como la ingeniería y las tecnicaturas- abren el abanico de oportunidades. Sobre esto último, resaltó el rol del Departamento de Computación y Sistemas, desde donde se realizó un análisis de la oferta académica y lo que el medio necesita. “De esas conversaciones o trabajos conjuntos se abrió la posibilidad de pensar que hace falta ofrecer carreras más cortas, con otras habilidades para desempeñarse en el plazo más corto y no necesariamente pensar en el alcance de una ingeniería. Así surgieron las tecnicaturas. Y una cuestión interesante de resaltar es el hecho de que la TUDAI no quitó matrícula a la Ingeniería. Seguimos teniendo crecimiento en dicha métrica de gente para ingeniería y esta oferta tiene su propio público”.

En relación al momento de la elección de la carrera, instancia en la que CEPIT y la UNCPBA vienen trabajando todo los años con charlas a los alumnos secundarios y los docentes, los recursos que necesita un joven no son impedimento para la cursada. En principio se requiere de movilidad, mientras que en lo que a los apuntes respecta cada vez son más los docentes que ofrecen sus materiales de modo virtual. Para aquellos que requieren de las fotocopias y no cuentan con los recursos, el Centro de Estudiantes ofrece becas. Y en cuanto al ingreso, para quienes no viven en Tandil o no cuentan con el tiempo necesario, se puede realizar de forma virtual. Por último, si bien la computadora es un recurso necesario, más aún durante los últimos años, “la facultad tiene laboratorios equipados y los chicos trabajan en la facultad”, explica Stipcich. Por último, en relación a la necesidad de algunos estudiantes de trabajar de forma paralela, la carrera de Sistemas se dicta, a partir de tercer año, en franjas horarias que contemplan la posibilidad de trabajo.

En un contexto global de cambios en el paradigma del mundo del trabajo -donde muchos oficios dejarán de existir y darán paso a nuevas tareas-; en un país donde el desempleo golpea de forma directa a las nuevas generaciones; en una sociedad donde las carreras de grado tradicionales cuentan cada vez con más dificultades para la inserción laboral de sus egresados, la Industria del Software de Tandil cuenta con la oportunidad inigualable de construir, de forma igualitaria y equitativa, un puente firme hacia el futuro. Será la labor de todos sus actores – una Cámara de Empresas de Software, una Universidad Pública prestigiosa y un Municipio que acompaña- que las madres de los jóvenes de hoy digan, con orgullo, “mi hijo el programador”.